La Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha informa en nota de prensa de que el desfibrilador que se utilizó en el Museo del Greco el pasado 30 de junio para atender a un vigilante de sala de la institución que había sufrido un infarto, es propiedad de la empresa adjudicataria del contrato de seguridad.
Según se asegura en el comunicado, el desfibrilador estaba ubicado en la sala de control, sólo accesible para el personal de esta empresa y, por lo tanto, “el museo no es responsable del mantenimiento de este desfibrilador, ni existía ningún tipo de señalización en las áreas públicas”.
Asimismo, se informa de que después del incidente, a las 9,50 horas, el trabajador fue trasladado por una ambulancia del Sescam a uno de los centros del complejo hospitalario de Toledo, cumpliéndose los protocolos establecidos para estos casos. Este hecho se produjo antes de la apertura del museo y en día festivo,” cuando no se exige la presencia de un conservador en el centro, que sólo debe permanecer en guardia localizada por teléfono, como así sucedió”.
Igualmente, se asegura que la Subdirección General de Museos Estatales ha adquirido el compromiso de garantizar la instalación de desfibriladores y su correcto funcionamiento en todos sus centros, incluso cuando la legislación autonómica no lo exige, como es el caso de Castilla-La Mancha, donde se encuentra el Museo del Greco.
En el momento actual, se está iniciando la tramitación de un expediente de contratación para disponer de estos equipos y de personal formado en su uso en todos los museos gestionados por la Subdirección. En la ciudad de Toledo se encuentran el Museo del Greco y el Museo Sefardí.
A este respecto, hay que recordar que la diputada nacional de Izquierda Unida por Málaga Eva García Sempere registró en el Congreso de los Diputados una pregunta al Gobierno, en relación al infarto sufrido por el trabajador del Museo del Greco.
