sábado, 13 enero 2024
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Truculento caso de presuntos abusos sexuales de un cura de Talavera a una menor

Iglesia de San Ildefonso en la talaverana calle Joaquina Santander, donde ejercía de párroco el acusado.

Una joven, que ahora cuenta con 22 años, y que al menos entre 2010 y 2013 estudiaba en un colegio religioso de Talavera de la Reina, denunció a su director espiritual y párroco de la iglesia de San Ildefonso de la Ciudad de la Cerámica por abusos sexuales, según ha publicado hoy Julio Núñez en el diario El País.

La querella se interpuso en octubre de 2017 pero hasta este pasado 8 de marzo, curiosamente fecha en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, no se produjo la declaración de la presunta víctima en sede judicial, concretamente en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Talavera de la Reina. Hoy viernes estaba prevista la toma de declaración del acusado y presunto abusador, que responde a las iniciales J.L.G.M.

Un caso truculento

Según la declaración de la querellante, los hechos, que van desde tocamientos hasta violaciones, se habrían producido de forma periódica cada 15 días en la iglesia de San Ildefonso de Talavera de la Reina, de la que era párroco el acusado desde 2009.

Todo comenzó cuando la denunciante pasaba por un momento delicado por la separación de sus padres. Una excursión del colegio al Camino de Santiago les hizo entablar cercanía por lo que el sacerdote comenzó a recibirla en el despacho parroquial para tratarla espiritualmente, según el relato de la víctima.

En esos encuentros, sin precisar cuándo, habrían comenzado los abusos. La joven ha denunciado que la maltrataba físicamente y psíquicamente: “me llamaba puta. Me decía que no valía nada, que nadie me iba a creer y que me mataba si lo contaba”, además de consolarla diciéndola que lo que hacía “era un regalo de Dios”, como hizo constar la chica en sede judicial.

De los abusos a la anorexia

La joven cayó enferma y le diagnosticaron anorexia nerviosa con ideas suicidas, según consta en el informe clínico aportado en la querella. Hasta en doce ocasiones habría intentado suicidarse a causa de ese síndrome de estrés postraumático originado por ciertos episodios “terroríficos, impactantes o peligrosos” que ha vivido y que su mente ha bloqueado, como recoge la la declaración en sede judicial.

Ya bajo tratamiento psiquiátrico, los especialistas le recomendaron que escribiera sus vivencias, algo que la ayudó a afrontar su situación y decidirse a acudir a la justicia y denunciar el caso. Pero la historia tenía otro giro no menos tremendo.

El cura y su madre mantenían una relación sentimental

En sede judicial, el abogado del sacerdote preguntó a la supuesta víctima si la querella que había interpuesto en la que relataba los hechos mencionados tenían que ver con una venganza por celos contra la madre por la relación sentimental que mantenía con el sacerdote, algo que la denunciante negó.

Fue entonces cuando la joven también relató cómo su madre la acompañó a la casa particular del sacerdote acusado para que, junto con otro sacerdote, le hicieran un exorcismo, algo que sólo puede autorizar un obispo.

 “Mi madre y José Luis me dijeron que tenía un demonio dentro y que por eso estaba enferma”. En su relato también refirió que el otro sacerdote le preguntó “si había participado en orgías”, le tumbó y le introdujo los santos óleos por la nariz. Al día siguiente, la joven asegura que volvió sola para otra sesión de exorcismo en la parroquia y, en esa ocasión, el sacerdote la violó y la agredió físicamente.

Pasos dados por el poder eclesiástico

Ya antes de que se interpusiera la denuncia, el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, trasladó al sacerdote señalado a la parroquia de San Juan de la Cruz en Toledo con la función de vicepárroco. También fue designado como profesor adjunto a Cátedra en el Instituto Teológico San Ildefonso.

Después de que en octubre de 2017 la joven interpusiera la querella, también escribió una carta al papa Francisco y otra al cardenal Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Tras ello, el obispado abrió un proceso canónico contra el clérigo acusado, aunque sin precisar la fecha concreta y cuándo tomó las medidas cautelares, que pasaron por apartarlo de su ejercicio.

El actual párroco de San Juan de la Cruz ha explicado a El País que el acusado nunca llegó a incorporarse al oficio y el Instituto ha admitido que este curso 2018/2019 no ha dado clase. En enero de 2018, el acusado ofreció un curso junto a otro sacerdote a varios presbíteros sobre “la moral del amor esponsal, el sentido unitivo procreador, la vivencia de la virtud de la castidad”.

Por último, si consta en el sumario que en junio de 2018 el vicario general de la diócesis tomó declaración a la supuesta víctima.

La diócesis se ha negado a hacer comentarios “para proteger la intimidad de la víctima y del sacerdote” –señala Julio Núñez en su información- y ha señalado que el acusado, antiguo secretario de estudios del seminario menor de Toledo en 2004, ya no está ejerciendo el sacerdocio.

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