El entrenador del CD Toledo, Onésimo Sánchez, está atravesando su época más amarga desde que llegó a la Ciudad Imperial. Es más, desde algunos sectores de la afición se reclama que la junta directiva verde actúe y cese al vallisoletano y más después de que ayer, en el Salto del Caballo, un humilde equipo con el Rápido de Bouzas borrara del terreno de juego a una escuadra confeccionada, al menos, para disputar la liguilla de ascenso a la Liga 1/2/3.
Y es que en la capital regional parece hartar el juego de toque que pregona el pucelano y no soportan más los fallos defensivos que un encuentro sí y otro también protagoniza un equipo que se acuerda mucho de la retaguardia de cursos anteriores.
Ayer debutó en el centro de la zaga el mexicano Aarón Galindo, un veterano que ha dirimido batallas en centro Europa, que ha sido medio centenar de ocasiones internacional con la selección azteca y que ha actuado en conjunto de raigambre como el Hércules. Supera la treintena con creces, pero está llamado a ser el buque insignia de esta deteriorada línea.
Aarón demostró experiencia, pero se vio superado por su falta de minutos y no arregló la endeblez de la línea. Y es que el CD Toledo se vio anulado por un equipo rápido, que jugó al espacio, al primer toque y que descompuso a un cuadro local que no esperaba este caudal de juego.
El CD Toledo volvió a evidenciar falta de equilibrio y fue despedido por sus incondicionales entre abucheos. En el centro de las críticas se encuentra Onésimo, que dirige a un equipo que ya está a nueve puntos de diferencia del objetivo. El vallisoletano tendrá que enderezar el rumbo de una escuadra que se reforzó a conciencia en ataque, que no dispone de un buen centro del campo y que en defensa ofrece muchas facilidades a sus rivales. Aún hay tiempo para arreglar el desaguisado.
