martes, 23 abril 2024
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Competencias

La construcción europea se ha basado en el derrumbe de las viejas fronteras entre naciones para construir un continente unido. Siempre he sido un firme defensor de Talavera y por tanto de la lucha contra la marginación que la Comunidad Autónoma a la que pertenecemos nos ha sometido durante treinta y cinco años. Creo que las Comunidades Autónomas son un error en cuanto a espacios que desintegran la unidad legal y se convierten en nuevos reinos de taifas que en muchos casos como el de Castilla la Mancha, centralizan todo en la Capital Imperial y abandonan a su suerte otras ciudades como Talavera.

Ahora que tanto se habla de cambios en la Constitución, ésta, en ningún caso puede suponer una disgregación mayor del Estado, ni un incremento del poder para las Comunidades. Hay elementos muy sensibles que deben permanecer legislativamente bajo el amparo común del Estado aunque su gestión pueda ser regional. Es básico por ejemplo que la educación sea común y única para toda España. Los libros deben ser iguales para todos los alumnos. La enseñanza de las lenguas propias regionales como el vasco o el catalán deben ser obligatorias en sus territorios pero compartida al cincuenta por ciento con el castellano, lengua común de todos los españoles. Los contenidos jamás deben incluir asuntos ideológicos y mucho menos racistas, frentistas, políticos o nacionalistas.

Otra competencia que debería recuperar el Estado es la Sanidad. La atomización de esta competencia encarece el sistema y crea déficit. Debe haber un único sistema sanitario con una central de compras sometida a intervención y auditoría. Sobra el SESCAM en SACYL o OTSAKIDETZA. Creo que es inconstitucional que unos españoles tengan derecho a unos servicios sanitarios y otros no. Que unos sistemas cobren a otros cuando un talaverano tiene que ir al médico en Barcelona o Gran Canaria o un gallego en Talavera. Al fin y al cabo todo sale de la misma bolsa. Eso no quiere decir que las comunidades autónomas gestionaran ambulatorios y hospitales, pero todos bajo la misma normativa, caja común, controles y sistema.

Mucho se ha cedido al monstruo nacionalista para acallarlo, pero el monstruo crece y crece y al final se come al que le alimenta. Es hora de medir las competencias de las Comunidades, de eliminar diferencias a través de leyes marco y de ahorrar en cargos, carguitos y carguetes. Hay comunidades sin sentido, como por ejemplo las cinco comunidades castellanas que debieran ser una sola, sobre todo para ciudadanos como los que vivimos en Talavera, donde el apellido manchego nos identifica tanto como si nos llamaran baturros o guanches.

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