Mac y su contratiempo es la última novela de Enrique Villa-Matas. Estamos frente a una compleja obra metaliteraria.
La acción se desarrolla en la Barcelona del ensanche, en el denominado barrio del Coyote, por ser el lugar donde vivió el creador de ese personaje, José Mallorquí. Es una novela con varios planos entrelazados y superpuestos.
Mac, un abogado en el paro tiene como vecino a Ander Sánchez, un escritor autor de una obra ya antigua y totalmente olvidada cuyo título es Walter y su contratiempo. Mac había comenzado su lectura en una época y luego la abandonó. Ahora pasados los años y a punto de su jubilación decide ser escritor. Pero ojo a Mac no le interesa cualquier libro, sino los inacabados, los póstumos. Así pues siendo como es un ávido lector, ahora lo que le queda es dedicarse a las letras y decide falsificar un libro, la novela de su vecino Ander Sánchez: Walter y su contratiempo. Curiosamente, tanto Mac como Vila-Matas están sugestionados por la repetición (crítica nada velada a la literatura actual, a la falsamente denominada novedosa e invento de la industria editorial). Así, Walter y su contratiempo no es sino una versión de su novela Una casa para siempre. La explicación es sencilla. Lo dice Mac utilizando para ello una cita de Kierkegaard: esta es una repetición que avanza recordando y no un recuerdo que se repite retrocediendo.
Previamente Mac plasma todas sus impresiones e ideas, a fin de ir formándose como escritor, en un diario. Todo ello en una especie de revoltijo de realidad-ficción que termina entrelazándose al final de la novela.
Como anécdota, una de tantas que aparece en el libro, citar la que hace referencia al nombre de Mac. Asegura que su nombre es a veces confundido con los MAC, los ordenadores:
En la película My Darling Clementine, de John Ford. El sheriff Wyatt pregunta al viejo cantinero del saloon:
—Mac. ¿nunca has estado enamorado?
—No. yo he sido camarero toda mi vida.
A los padres de Mac le gustó esta escena y decidieron poner Mac a su hijo.
Al final de la novela Mac viaja al Oriente en busca de las fuentes orales de la literatura, donde como diría Borges: un hombre contiene todos los relatos, toda la Literatura.
