El concejal de Sanidad y presidente del Consejo Local de Salud, Antonio Álvarez, y uno de los vocales de la Junta de Personal del Hospital General Nuestra Señora del Prado, Jorge Curiel, han ofrecido una rueda de prensa en la que han denunciado la “discriminación” que sufre el Área Integrada de Talavera debido al “déficit” de personal, de medios y recursos.
Álvarez ha hablado de “agravios comparativos” poniendo como ejemplos las Áreas de Alcázar de San Juan y Cuenca que, atendiendo a una población derivada de 127.000 y 143.000 personas, respectivamente, “tienen más camas y más médicos” que Talavera, donde se atiende a una población de 183.000 personas, sumadas ya las 30.000 procedentes del Valle del Tiétar. El déficit de personal, como ya anunciaron los representantes de los sindicatos médicos el pasado mes de octubre, rondaría el 25 por ciento.
Déficit de personal
El concejal ha detallado que, en la tabla comparativa, Talavera dispone de 24 médicos de Urgencias, por los 31 del hospital de Alcázar y los 24 de Cuenca. Por servicios y especialidades ha significado que en Talavera hay 5 neurólogos menos que en las otras dos ciudades mencionadas; que hay sólo 8 radiólogos frente a los 10 de Alcázar y los 12 de Cuenca; que en Talavera hay 4 médicos de anatomía patológica, mientras que Alcázar tiene 6 y Cuenca 5; en cuanto a anestesistas, Talavera tiene 15, por los 16 de Alcázar y los 19 de Cuenca; y, por último, el hospital de Talavera cuenta con 7 oftalmólogos, mientras que los hospitales de Alcázar y Cuenca cuentan con 20 y 8 especialistas, respectivamente.
Las consecuencias, según el edil, son la eliminación de servicios, realizar consultas a “destajo”, tener que externalizar pruebas diagnósticas fundamentales a otros hospitales, retrasar primeras consultas varios meses y hasta un año para el diagnóstico y tratamiento.
Álvarez ha incidido que esto supone “un agravio comparativo” en el capítulo de personal pero no el único, puesto que también ha señalado que el hospital talaverano cuenta con menos camas proporcionalmente hablando, así como que la capacidad para realizar pruebas diagnósticas y técnicas terapéuticas también es inferior a las de los otros dos centros de la región.
Desmotivación
Por su parte, Curiel ha desvelado la palpable “desmotivación del personal” por la sobrecarga de trabajo que se traduce en que el paciente sufre importantes demoras en la realización de las pruebas diagnósticas, en la inferior calidad en algunas de las pruebas externalizadas y en la pérdida de la continuidad asistencial.
Asimismo ha matizado que los talaveranos tienen asegurado el derecho a la sanidad pública, “pero no en igualdad de condiciones que los pacientes de otras poblaciones” de similares o inferiores características poblacionales.
