Talavera enloquece con Change, un brindis al sol

En los últimos días Talavera parece haber enloquecido con la plataforma de recogida de firmas Change.org, panacea –también parece- para hacer llegar a altas instancias las reivindicaciones de una ciudad que está… ¡Hasta el mismísimo nodo!

Entiendo que por probar, por prurito personal o por desconocimiento de que hay una Oficina de Atención al Ciudadano, o en caso afirmativo porque siempre está vacía o en obras y el registro de enfrente siempre lleno, un ciudadano de a pie lance su petición a través de la reseñada web.

Puedo entender, igualmente, que las plataformas de reciente creación lo hagan quizá más por ver y constatar el respaldo numérico con el que cuentan, más allá de los conocidos, que por otra cosa –doy por hecho su competencia en la materia cuando se dan pasos tan importantes y arriesgados como los que han dado abanderando y alentando a la ‘revolución’-.

Entiendo menos que el único colectivo que ha encauzado con seriedad, profesionalidad, diligencia y resultados esta ‘cruzada’ reivindicativa –me refiero a Fedeto- lo haya hecho. Pero lo que no entiendo de ninguna manera es que el alcalde de una ciudad opte por este brindis al sol.

Porque intentar arrastrar a la ciudadanía para hacer llegar al Gobierno de España y al Gobierno de Castilla-La Mancha su carta con las necesidades de Talavera de la Reina a través de una plataforma privada con ánimo de lucro es cuanto menos poco serio, y otro capotazo o parche más en la deriva en la que se halla sumido el gobierno local.

Es que no saben ya en el Ministerio de Empleo o en el de Fomento o en el de Agricultura y Medio Ambiente… qué necesita y cómo está la cuarta ciudad con más paro del país. De qué se ha hablado en la ronda de contactos -me encanta- con De la Serna, Riesgo, Page o Gutiérrez, ¿del cambio climático? Es que la ciudad no lleva en el ostracismo años y años y lo saben de sobra Zapatero, Aznar, Rajoy, Barreda, Cospedal, García-Page y el sursuncorda. Es que no tenemos el privilegio de tener a un talaverano como delegado del Gobierno en la región, que entiendo estará para estas cosas y no sólo para autorizar manifestaciones de la Falange -y pongo este ejemplo porque en los 23 años que llevo en esta ciudad las únicas noticias que he tenido de este partido han sido por las papeletas electorales y porque su fundador en Talavera tiene una calle en su honor-.

Todo un éxito, decían. ¡En un solo día! se habían conseguido las 2.500 firmas necesarias para que Change.org mande una carta a los palacios de la Moncloa y Fuensalida. Ojalá se traspapele porque qué ridículo, se imaginan.

Prefiero no creer que alguien, y mucho menos que quien nos gobierna, alberga esperanzas de que por clicar en una web miles de personas vayamos a ser tenidos en cuenta y lluevan las inversiones. Ni pensar en que cuando se haga la verificación de firmas se compruebe que no hay ni una válida, porque un nombre y un email no valen absolutamente para nada. Porque las que valen llevan su nombre, sus dos apellidos, el DNI, la fecha de nacimiento y la firma de puño y letra, cuanto menos.

Y además, firmas para qué. Lo que necesita Talavera no son Iniciativas Legislativas Populares ni pataletas ni gestos cara a la galería; necesita, por ejemplo, Proposiciones no de Ley como la que ha conseguido llevar Fedeto al Congreso de los Diputados -manda güevos, como diría mi querido Julio Martín-, en la que van incluidas 258 medidas cabales, entre ellas el famoso y grandilocuente, y olvidado muchos meses, ‘Decálogo de proyectos irrenunciables’; medidas con las que hacer ver que es imprescindible un verdadero cambio socioeconómico para Talavera y su comarca y que merecemos los fondos necesarios con los que empezar a reactivarnos. Fondos que están ahí esperando que alguien los solicite precisamente para empezar a poner a todas las zonas deprimidas en el siglo XXI. No un nodo sin carreteras ni tren, ni un tren sin estación, ni empresas sin suelo, ni agua para expropiar regadíos, ni envasadoras lácteas sin mercado de ganados… y la madre que me parió.

Y ahí, donde se toman las decisiones políticas y económicas del país y no en webs es donde, avalado por un estudio y proyecto serio, hay que plasmar ese golpe en la mesa de una población harta del olvido que sufre y hastiada de las tomaduras de pelo de sus políticos a los que no sabe muy bien para qué les está pagando. Lo demás, brindis al sol y la enésima marmotada.