Los trabajos de rehabilitación en un edificio particular del Casco Histórico de Toledo han permitido localizar una galería subterránea, de 30 metros de longitud y cuatro de anchura, que formó parte de un gran edificio civil fundacional del Toledo romano, hace 2.000 años, y que podrá ser visitada cuando terminen las obras.
La alcaldesa de Toledo y presidenta del Consorcio de la Ciudad de Toledo, Milagros Tolón, ha visitado esta mañana los restos arqueológicos hallados en el subsuelo de este inmueble situado en la plaza de Amador de los Ríos.
Ya se conocía que en la zona hubo edificios romanos, porque de hecho era el centro de Toledo en la época, pero estos trabajos han permitido localizar esta galería.
Por su ubicación, su cota topográfica y el resto de elementos del entorno “solamente” puede formar parte de un edificio “fundacional del momento en que la ciudad pasa a tener estatus de civitas”, según ha señalado José Ramón de la Cal, arquitecto del proyecto. “Toledo tiene la excepcionalidad de que tiene un gran tesoro, un tesoro que poco va creciendo y que vamos descubriendo”.
La galería ha aparecido mientras se acometían unos trabajos para solucionar las pérdidas de agua que dañaban las cimentaciones de la casa. La obra está previsto que concluya a comienzos de junio y se habilitará una entrada para que pueda visitarse la galería, de modo que se incorporará a las rutas del patrimonio desconocido de Toledo, ha avanzado la alcaldesa, quien ha subrayado que “la ciudad de Toledo cada día sorprende más” y, además, ha recordado que el Consorcio está trabajando en este momento en “tres puntos clave” del Casco de Toledo: la zona de Amador de los Ríos, la plaza de Barrio Rey y el convento de San Clemente.
Hace apenas una semana se conoció que los trabajos para restaurar una panadería ubicada en plena Judería de Toledo había permitido hallar los restos arqueológicos de una pequeña mezquita que, con probabilidad, está datada en el siglo XI.
