Dando continuidad a las tareas iniciadas en 2010 con el arreglo de la techumbre y las que dos años más tarde posibilitaron el hallazgo de cerámicas del siglo XVI y pinturas murales del XVIII, el artesonado del altar de la iglesia de San Andrés vuelve a relucir gracias al empeño comunitario y la labor realizada en las primeras semanas de 2017 por el maestro artesano Alberto Paniagua, que con anterioridad ya intervino en la rehabilitación del retablo que preside el templo.
De madera de pino, el techo de la capilla mayor de la parroquia del barrio talaverano de Puerta de Cuartos es un magnífico exponente del arte mudéjar en Talavera.
Forma un espectacular alfarje o forjado labrado que se entrelaza artísticamente. Con formas vegatales, tiene como remate una estrella y piña de mocárabes. Una cubierta similar a la de San Andrés también puede verse en Talavera en la Basílica del Prado.
El paso del tiempo había ocultado buena parte de su belleza al cubrir con una densa capa de polvo y suciedad la madera, fechada en el siglo XVI y algunas de cuyas piezas también amenazaban con desprenderse. El minucioso trabajo llevado a cabo por el equipo de Alberto Paniagua ha recuperado el brillo de un conjunto de unos 50 metros cuadrados.
Además, Vicente Domínguez, párroco de San Andrés, explica a Ahoraclm que para asegurar una mejor conservación en los años venideros, como complemento a las labores de fijado y limpieza, la madera ha recibido un tratamiento desinfectante con el fin de protegerla del ataque de los insectos.
Por último, completando la intervención de limpieza y consolidación llevada a cabo en los albores de 2017, la observación del forjado se ha visto favorecida por una nueva iluminación.
Igualmente, el sacerdote también destaca que, sin ayudas públicas, estas actuaciones han podido ser sufragadas con fondos propios, en este caso “gracias a donativos de particulares y de amigos de la parroquia”, así como la realización de rifas durante las pasadas Navidades.