jueves, 28 marzo 2024
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En femenino

 

(Nota: Este artículo fue escrito horas antes de que Andrea Leadsom se retirara de la ‘batalla’ por el liderazgo en el Partido Conservador y se confirmara a Theresa May como sucesora de David Cameron).

 

virginia rincon fdezAquí en la Isla tenemos la tradición de ir a tomar café los sábados por la tarde y aprovechar para leer el periódico o la revista de turno.

El sábado pasado tocó periódico y venía cargado de artículos sobre las dos aspirantes definitivas a la sucesión de Cameron, a gobernar Reino Unido. Theresa May y Andrea Leadsom. Dos mujeres que ocupan ya puestos en el gobierno.  Y sin saber aún casi nada de ambas noté un ‘algo’ palpitando en mi estómago. Mujeres. De los 5 candidatos, los miembros de su partido eligieron a dos mujeres por su currículo y trayectoria. Mi primer pensamiento: ¡se aproximan tiempos de cambio! O no. Es que estamos en Inglaterra y esto aquí es normal.

Aquí no hay todos y todas, candidatos y candidatas, personas y ‘personos’. Aquí simplemente la mujer tiene más oportunidades. Seguro que en la Isla tampoco somos iguales al 100%, pero la mayor igualdad es tangible y disfrutable. Hombre o mujer, si trabajas duro y te esfuerzas lo verás reconocido; y si te lo propones y es eso lo que quieres, puedes promocionar.

Dicen que dijo Margaret Thatcher  “En política, si quieres que algo sea dicho, díselo a un hombre; si quieres que algo sea hecho, díselo a una mujer“. El hombre terminará haciéndolo también, o a lo mejor se lo encarga a alguien. No se puede generalizar pero en mi experiencia los hombres y las mujeres, si bien somos igualmente válidos y capaces de realizar las mismas tareas, lo hacemos de manera diferente y a distinto ritmo. En esto no puedo ser imparcial y me gusta más la dinámica femenina. Uno de mis jefes ingleses me llamó un día a una sala de reuniones y me dijo “tenemos que hablar de habilidades de gestión y liderazgo. No digo que las tuyas no sean válidas, pero sí que, digamos, tu enfoque es distinto al mío y no estoy seguro de que vaya a funcionar”. Se me dio la oportunidad de explicar y demostrar que funcionaba antes de pedirme que lo cambiase, y no se ha vuelto a cuestionar. No era diferente de su enfoque personal, sino del masculino en general.

He leído varios artículos que analizan nuestras diferencias en el ámbito laboral. He leído que la mujer da más peso (¿quizá demasiado?) a las relaciones personales. Que prefiere trabajar en equipo, le cuesta menos delegar y no está cómoda con la jerarquía vertical. Que intenta resolver los conflictos en lugar de asumir que ‘van con el puesto’.

En un libro sobre liderazgo que tengo entre manos, Leonard D. Schaeffer, CEO y fundador de Wellpoint, la mayor aseguradora médica americana, escribió en un artículo “Los viejos enfoques raramente funcionan en situaciones nuevas y desafiantes”. Espero que May, Leadsom y todas esas mujeres que han decidido trabajar fuera de casa continúen trabajando cada día para demostrar, hasta que no sea necesario, que sus nuevos enfoques también funcionan, aunque sean diferentes. El talento no tiene género.

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