Visto el resultado de las pasadas elecciones, salta a la vista que serán necesarios pactos. De cualquier modo, y paradójicamente, Talavera o Castilla-La Mancha son ejemplos a seguir para el futuro gobierno nacional. El gobierno de Emiliano García-Page soportado por Podemos es un ejemplo de que la estabilidad no es imposible. En Talavera, los elogios trasladados por parte de su alcalde Jaime Ramos hacia la opción Ganemos también son dignos de tener en cuenta. No es tan difícil entenderse. Solo hace falta voluntad. El deber es intentar consensuar la mejor política para la ciudadanía.
No hemos de olvidar que cada persona tiene sus propias creencias, gustos o intenciones, pero la voluntad mayoritaria en Castilla-La Mancha ha elegido la opción que ha elegido. Los resultados nacionales nos abocan a una situación en la que es forzoso llegar a acuerdos aunque sean de carácter mínimo. La participación castellano-manchega ha sido alta, pero realmente somos una comunidad que supone un porcentaje de votantes relativamente bajo. Habrá que esperar altura de nuestros políticos para que se observe el mejor proceder.
Pero, razonablemente, somos ejemplo a seguir. Pacífico y sin estridencias. Sin circunloquios ni vueltas de hoja.
Estamos en una situación que muchos desearían. Si se solucionara el gran deber de reducir el desempleo, bien por parte de la Junta, bien por el Ayuntamiento, o por ambos, Talavera sería una especie de Arcadia.
No nos caerá esa breva. Pero soñar cuesta poco.
Señores políticos, dejen gobernar. A quién proceda.
