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El silencio que salvo los instantes que siguieron a los goles de Ramos y Carrasco había presidido hasta entonces la tarde noche del sábado en Talavera se quebró definitivamente cuando concluyó en Milán la tanda de penaltis que dio al Real Madrid CF su undécima Liga de Campeones tras el 1-1 con el que finalizaron los 90 minutos de partido y la prórroga.
Los seguidores blancos de la ciudad de cerámica mostraron exultantes su júbilo por la agónica e histórica victoria ante el Atlético de Madrid haciendo sonar el claxon de los vehículos y detonando petardos, muchos de ellos en su camino hacia la fuente de la plaza de España.
Aunque la noche no era ni mucho menos primaveral después de una tarde pasada por agua y granizo, varios cientos de personas se congregaron en el escenario habitual de las celebraciones deportivas talaveranas.
Incluso, los más osados desafiaron a las bajas temperaturas sumergiéndose en el interior de la fuente. La mayoría de los congregados en la plaza de España lucían camisetas y bufandas del Real Madrid al tiempo que entonaban el alirón y cánticos dedicados a sus ídolos, compartiendo su alegría con resignados y orgullosos seguidores atléticos que también acudieron a este lugar ataviados con sus colores rojiblancos.
En las celebraciones talaveranas no faltó una réplica casera de la copa que por undécima oportunidad había levantado Sergio Ramos como capitán del Real Madrid.
Varias dotaciones de la Policía Local desplegadas en los accesos a la plaza de España desviaron el tráfico a través de las vías aledañas, permitiendo a los aficionados blancos festejar con tranquilidad el undécimo triunfo europeo de su equipo.
