Antes de acudir por la tarde a Talavera, la jornada que Felipe VI y Doña Letizia dedicaron este miércoles 18 de mayo a visitar Castilla-La Mancha se había iniciado por la mañana en Villanueva de los Infantes y luego en Tomelloso en el marco del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y como apoyo al sector vinícola y agropecuario regional.
Primeramente, los Reyes de España fueron recibidos por las autoridades locales y regionales y también por el caluroso saludo de las cientos de personas que abarrotaban la plaza Mayor de Villanueva de los Infantes, localidad ciudadrealeña del Campo de Montiel incluida entre los lugares cervantinos. Por su parte, los monarcas correspondieron al cariño recibido acercándose hasta los presentes y estrechando la mano a decenas de personas de todas las edades, en muchos casos procedentes de municipios cercanos.
Tras acceder al Ayuntamiento y saludar desde su balcón a la multitud que les aclamaba, Felipe VI firmó en el libro de honor del Consistorio antes de trasladarse caminando hasta la Casa de la Cultura, antigua Alhóndiga, donde eran esperados por los alcaldes de la Comarca del Campo de Montiel y de las localidades de la Rutas del Quijote.
En ese mismo lugar visitaron la exposición sobre el impacto sociocultural y económico en Castilla-La Mancha de las rutas cervantinas. Precisamente, el rey destacaba que el legado de Cervantes “toma cuerpo” en una región “que aporta a nuestra nación claves para entender la riqueza de nuestra identidad, fundamentos para avanzar en nuestro progreso económico y social, y fuertes símbolos para asegurar y extender aún más la proyección universal de España.
En la mayor cooperativa vinícola de Europa
Ya en Tomelloso, conocida como la ‘Ciudad del Vino’, los Reyes de España recibieron el segundo baño de multitudes del día a las puertas de la Cooperativa Virgen de las Viñas, la sociedad cooperativa vitivinícola más grande de Europa. Luego, recorrieron las instalaciones del complejo y mantuvieron una reunión de trabajo sobre el funcionamiento de la cooperativa y el sector agropecuario de Castilla-La Mancha, en especial el vitivinícola, y su carácter social y cultural.
Y es que el jefe del Estado señalaba que la actividad ligada al campo español y en este caso el castellano-manchego “es clave para nuestra economía, para nuestro desarrollo social y equilibrio territorial, y también, claro, para nuestra cultura”.