Aunque María Rodríguez, portavoz municipal de Talavera, anunció la pasada semana que únicamente restaban “remates” para culminar las obras y que durante las Navidades sólo iba a quedar restringido el paso de los vehículos para permitir el libre acceso peatonal, definitivamente las obras en plaza del Reloj y Corredera del Cristo seguirán demorándose hasta el nuevo año.
La profunda remodelación de la plaza del Reloj y Corredera del Cristo acometida por el Ayuntamiento con cargo al Plan Urban no finalizó el 12 de diciembre pasado según el compromiso adquirido por el equipo de Gobierno ante vecinos y comerciantes ni tampoco lo va a hacer antes del 31 de diciembre, último día de vigencia del citado programa europeo de desarrollo urbano.
Así quedó confirmado durante la celebración del Pleno ordinario del mes de diciembre cuando a preguntas de los grupos políticos de la Oposición Rodríguez informaba que será pasadas las inminentes fiestas cuando los operarios de la empresa Construcciones Lozoya regresen sobre el terreno para culminar las tareas pendientes. Principalmente se trata del embellecimiento de la solera de hormigón aplicando la técnica de abujardado y la colocación del mobiliario urbano. Así pues, estos trabajos, valorados por la edil en alrededor de 8.000 euros, van a tener que ser costeados con fondos propios del Ayuntamiento, dado que se ejecutarán fuera del plazo concedido por el Urban. Al respecto, María Rodríguez explicaba también que las arcas municipales abonarán a la empresa adjudicataria las certificaciones de las obras concluidas antes de fin de año.
En la sesión plenaria la portavoz del Gobierno Ramos y a la vez concejal de Urbanismo también confirmaba una importante modificación del proyecto inicialmente previsto, una de cuyas principales señas de identidad era la recuperación simbólica de la antigua zona porticada existente partiendo de los soportales todavía en pie en la fachada sur de la Corredera del Cristo. Sin embargo, no va a ser posible la instalación de las estructuras que iban a asemejar la desaparecida zona porticada al no poder contar con la suficiente separación de los edificios y así no interferir en el tráfico rodado. Al respecto, María Rodríguez justificaba que “diferencias de medición” se producen en “el cien por cien” de las obras que se ejecutan en nuestro país.
Todos estos avatares, entre los que también hay que incluir la sustitución de los árboles colocados en su momento en la zona de aparcamiento junto a la muralla, han provocado un profundo malestar entre los residentes en la zona y, muy especialmente, los pequeños negocios aquí instalados. Si desde un principio el sentimiento general era contrario a la remodelación, ahora algunos comerciantes cifran en el 40 por ciento las pérdidas ocasionadas por unas obras todavía inconclusas.
Además, empresarios y vecinos han expuesto a Ahoraclm.com la necesidad de que mientras llega el ansiado final de los trabajos, la empresa responsable de los mismos o el propio Ayuntamiento adecenten la zona eliminando la gran cantidad de polvo existente, máxime cuando este entorno va a albergar muchas de las actividades previstas en el programa municipal de Navidad y Reyes.
