Si algo infiere importancia a los símbolos es su significado. En sí mismo un símbolo no es nada en absoluto si no es por el significado que representa. Así una bandera es un símbolo, pero por sí sola no es más que un trozo de trapo, o de otro material, de colores y formas variadas que viene a representar a algo o a alguien.
La bandera de España es el símbolo que representa a todos los españoles, pero ni los sustituye ni está por encima de ellos. Pero además es el símbolo de nuestro país y de todo lo que significa. Es decir, la bandera española significa democracia, igualdad, progreso, historia, cultura, pasiones, futuro, libertad, tolerancia, convivencia y todos aquellos valores que identificamos con nuestra patria.
Sin embargo muchas veces, y en estos tiempos muy especialmente, hay demasiada gente interesada en poner en valor el símbolo por encima su significado. Solo así se entiende que ante la insensatez de un cómico al sonarse los mocos en la bandera española, haya surgido una legión de patriotas de pelo en pecho clamando justicia, venganza, lapidación y ejecución al pérfido cómico que osó ultrajar la bandera.
Ultrajar un símbolo es atentar contra lo que significa, no atentar contra el símbolo, que es una simple representación. Cuando para defender el símbolo violamos todos los principios que simboliza, estamos cometiendo una incongruencia y una barbaridad.
Quien quiere imponer sus ideas por la fuerza, quien no tolera al diferente, quien insulta, quien niega el pan y la sal, quien busca eliminar y hundir al contrario, quien incluso llega a desear la muerte de alguien solo por haber simulado sonarse los mocos con la bandera, defiende una bandera, pero va contra todo lo que significa esa bandera y desde luego a mi está muy lejos de representarme y de defenderme.
Y el colmo de la estupidez es cuando a la cantidad ingente de insultos y barbaridades se une también la exigencia de que se haga lo mismo con otras banderas de estados dictatoriales o de grupos criminales o terroristas. Esa pléyade que dice semejante ignominia está comparando nuestra bandera, la que nos hemos dado todos los españoles, con banderas de asesinos y criminales. Mayor ultraje es impensable y sin embargo lo hacen creyéndose más listos que nadie.
En definitiva, y como no tengo la esperanza de que los patriotas de bandera me entiendan, solo me resta decir que se queden ellos con el trapo rojigualda que yo me quedo con lo que significa, aunque eso les incluya a ellos y a su forma de pensar también. ¡VIVAN LOS ESPAÑOLES!