El arreglo que recientemente ha acometido el Ayuntamiento de Talavera para sustituir la pavimentación de la calle Grisetas, junto al yacimiento de Entretorres, no ha entrado en garantía.
Pese a que el deterioro de los rasillones volados se hizo palpable desde poco después de la entrega de la obra, la concejala de Urbanismo ha dado dos razones por las cuales ha tenido que ser el consistorio el que afronte el gasto que han supuesto los trabajos.
Por una lado, María Rodríguez ha dicho que el deterioro se ha producido por “actos vandálicos” provocados por los patinadores que utilizaban la rampa para coger velocidad; “nos lo han dicho los vecinos”.
Al no ser deterioro de material esa reposición no estaría incluida de garantía, algo que pretendían que así fuera desde las filas del PSOE.
Por otra parte, tampoco hubiera servido de nada porque, como ha desvelado la edil, la empresa que hizo la obra decretó suspensión de pagos y ya no existe.
Un coste de más de 18.000 euros
Así las cosas, las obras de sustitución le han supuesto al erario municipal 18.451,11 euros, una cantidad que podría haber sido mayor si trabajadores del Plan de Empleo no hubieran retirado el material antiguo.
Cabe recordar que la pavimentación ha sido sustituida por lamas de madera tratada para resistir los embates de la intemperie y, presumiblemente, también del vandalismo apuntado por Rodríguez.
