martes, 19 marzo 2024
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Suerte en la elección

El PSOE de Talavera cuenta con unos 240 militantes. En una ciudad de 83.000 habitantes, eso supone que el partido lo componen apenas un 0.3% de la población. En el resto de partidos la proporción no es muy diferente, lo que significa que entre todos suponen menos del 2% de la población de Talavera.

Por simple estadística se puede asegurar que hay infinitamente mejor gente fuera de los partidos que dentro. A veces los partidos, conscientes de esta situación, buscan fichajes de fuera de la política, aunque suelen primar el carácter mediático de los elegidos para atraer votos, sobre la excelencia a la hora de desempeñar la complicada tarea de gobernar y resolver los problemas de los ciudadanos. Así pues  los partidos se nutren de militantes que representan mínimamente  la verdadera calidad de la sociedad  y de algunos fichajes que rara vez son elegidos por ser los mejores en algo y sí por suponer un atractivo electoral al ser conocidos o simplemente por ser una cara nueva en el cansino panorama político de la ciudad.

Los partidos poco a poco han pasado de ser organizaciones creadoras de conciencia política, formadoras de cuadros dirigentes y captadoras de nuevos talentos, para convertirse en meras maquinas electorales, aburridas y lentas, al servicio de las veleidades de su clase dirigente.

No es de extrañar que un buen número de mediocres arribistas copen la gran mayoría de las listas y los cargos. Esta es una característica común a todos los partidos, sin distinción. Huelga dar ejemplos, supongo que todos podríamos dar nombres sin necesidad de mirar muy lejos.

Dudo que nadie se extrañe si  las renovaciones en los partidos suenan casi siempre a más de lo mismo, por mucho que se maquillen los viejos nombres poniendo nuevas caras. La política es endogámica y fuera del asfixiante abrazo de los partidos es muy complicado acceder a ninguna responsabilidad. No en vano los partidos son los que establecen las reglas del juego y como no podía imaginarse de otra manera, las dictan a su antojo y beneficio.

Lo peor de este panorama es que no se ve solución alguna. Los mediocres se rodean de mediocres para que nadie les haga sombra; los mediocres de sombra a su vez se granjean el apoyo de mediocres más ínfimos aún y entre todos intentan fagocitar la poca inteligencia y capacidad que se acerca a ellos para dar la impresión de ser valedores del apoyo de los ciudadanos. Y esto es un círculo vicioso interminable.

Algunos incautos se pasan la vida esperando que llegue su momento, y cuando creen que ha llegado, resulta que ha pasado de largo hace tiempo. Así que lo mejor es irse ligero de equipaje y en silencio, al poder ser. Persistir donde no te valoran, si es que vales algo, es estúpido. En todo caso, deberíamos desear que acierten todos en sus elecciones, nos va mucho en ello.  

 

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