El otro día me desayuné con una noticia en la radio local que me desconcertó y me aturulló más de lo aturdido que suelo estar antes del primer café. Según aseguraba la locutora, la consejería de Agricultura de la Junta había “dado luz verde” –textual- a una macrogranja de crianza en régimen intensivo con dos mil cerdos en el polígono 503 en el paraje de Valdefragüe de la localidad de Lucillos, aquí al lado de Talavera. Bueno, pensé, ahora que nuestro centenario Mercado Nacional de Ganado ha desaparecido merced a las burradas de ya sabemos quiénes, vienen a instalarnos enormes granjas de cerdos por todos los alrededores. ¿Esto a qué se debe?
Todos recordamos que ya se había decidido la instalación de una de estas granjas en Gamonal y que gracias al tesón y la voluntad de los gamoninos la granja no se ha puesto, por lo menos de momento, y es por eso por lo que me ha llamado tanto la atención que pocos meses después se haga otro intento en un pueblo también próximo a Talavera. No comprendo esta preferencia repentina por nuestra tierra para la implantación de explotaciones tan olorosas y asfixiantes.
Si se busca en Internet, aparece el nombre de la empresa interesada en la explotación de Lucillos, pero confieso mi fracaso a la hora de encontrar datos más jugosos; no creo que sea un misterio, aunque lo parece. Sí recuerdo que en el caso de Gamonal quienes querían explotar la instalación de cerdos eran de Murcia y con ese motivo escribí una columna que titulé “agua a cambio de meadas” porque un resultado francamente indeseable y molesto de las explotaciones porcinas es que extienden en un radio bastante extenso un olor que pasa de molesto y cae de lleno en lo insoportable además de malsano; también se necesita abundante caudal de agua y un plan fiable para deshacerse de las micciones de tanto puerco los llamados purines. Ignoro si todo esto está ya previsto para la explotación de Lucillos, de momento el alcalde del pueblo dice en todas partes y a todo el que le pregunta que se ha enterado por la prensa y que no tiene responsabilidad alguna en la cosa.
Los lucillanos ya están en marcha y es que ni entienden ni van a consentir que en su pueblo se instale la granja que no han querido en Gamonal.
