jueves, 28 marzo 2024
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Barullos plebeyos

Este es el cuarto artículo que empiezo desde el sábado por la tarde. En los tres anteriores ya aludía a ese histórico 11-N; al orgullo de vivir en esta tierra y con estas gentes de categoría; a esa sensación de sentirme más talaverano que nunca, aunque aquí no me desollé las rodillas de muchacho; a esas caras de felicidad que me impactaron más al seleccionar las imágenes a publicar que en directo; o a que a partir de ahora todo debería ser distinto por aquello de la vergüenza torera.

Ya han sido muchos los escritos de agradecimiento publicados y este digital ha dado espacio a sus colaboradores habituales y a esas tres principales patas del banco –SOS, Vivimos y Mesa; la cuarta era, fue y será la ciudadanía, grande, muy grande de esta comarca- que han sido artífices de un día para los anales gloriosos de la Ciudad de la Cerámica. Todos esos escritos transmiten esperanza, la misma palabra que utilizamos en Ahoraclm para titular esa noticia, una de las más impactantes que jamás he contado.

Inciso. Quiero dejar constancia, porque todavía no lo hemos hecho, que los ‘ciudadanos’ de los dos partidos mayoritarios expiaron culpas en su retrasada presencia. Es mi opinión y entiendo que es un craso error político que de servir sólo sirve para restar. El pueblo no sale a la calle para ver que los políticos de los que dependen sus reivindicaciones se solidarizan con la causa. Estamos locos o qué.

Y también inciso por el injusto linchamiento recibido por los compañeros de CMM por un tuit que sólo esconde un error de planteamiento profesional en una actualidad vertiginosa que en un suspiro se convierte en pasado lejano. Detrás del mismo, les aseguro, no hay atisbo de injerencias de otras épocas -afortunadamente- como quedó constatado en la convicción de no borrarlo y en el tratamieno informativo posterior. Ánimo desde aquí que, aunque lo intentamos todos los días incluso con flagelación, no somos perfectos.

A lo que iba. Tras esa demostración ejemplar de la soberanía popular de corrección exquisita, tras este golpe en la mesa y la iteración de las afrentas y necesidades de las Tierras de Talavera, tras ese halo de ilusión y esperanza que impregnó desde el Tiétar a los Montes de Toledo y desde el Campo Arañuelo a Quismondo, la cosa ha empezado mal.

La ciudadanía no dijo el sábado que volvieran a marear la perdiz con el Decálogo de 28 Proyectos Irrenunciables ni que se vaya en tren a apoyar a Extremadura en su reivindicación -que está muy bien- por un ferrocarril que saque a nuestros vecinos del aislacionismo. Que digo yo, manda güevos que haya que convocar una manifestación para que nuestros dirigentes se den cuenta que el tren que reivindican en Badajoz, Cáceres o Plasencia es el mismo que pasa por Talavera.

Tampoco queremos más reuniones sin luz ni taquígrafos con todas las administraciones para hablar de posibles plazos, posibles promesas, posibles presupuestos ni posibles probables.

Entiendo que la gente salió a la calle –salimos- a decir que no queremos un AVE por Toledo a 25 euros el viaje y una hora de trayecto; a decir que esos 900.000 euros del enésimo estudio del estudio estudiado que se está estudiando nuevamente se destinen a empezar a modernizar la línea convencional cabal que une Madrid con Talavera. Y a que no vengan desde Portugal a decir que les interesa una plataforma logística sino que lo diga y plasme el Ministerio de Fomento en sus mapas. Y que la PNL del Congreso y la moción del Senado salgan de sus respectivos cajones con asignaciones presupuestarias en los PGE de 2018 que para eso fueron aprobadas en tiempo y forma.

Y se salió a la calle a pedir carreteras de entrada y salida dignas y acordes a una ciudad de 80.000 habitantes y a decir que no nos contentamos con migajas y que no somos tontos y que sabemos que nos han tangao 1,7 millones de metros cuadrados de suelo industrial. Y a gritar que los murcianos se dejen ya de presumir de huerta y campos de golf cuando no tienen los recursos para ello e imiten, por ejemplo, a los leoneses en el cultivo de legumbres o de pipas de girasol.

Y salimos a la calle para que Talavera de la Reina y su Comarca tenga trato presupuestario de capital de provincia y nos sea compensada la quita de la ITI. Y salimos a reivindicar un Hospital y no un hospitalito, con todos los servicios posibles, suficiente personal y universitario con dotación para investigación. Y ambulatorios a pleno rendimiento. Y a decir que queremos delegaciones públicas e incrementar el número de funcionarios en al menos un par de miles, que en Toledo no hay quien ande, ¡hombre ya!

Y para que en el curso 2018/19 al menos haya dos estudios de grado –Veterinaria e Informática- en Talavera y se comience a trabajar en crear un campus sin más dilaciones; y que si una universidad privada quiere venir pues que venga porque mal no puede hacer y cada uno es libre de estudiar donde quiera o pueda. Y que queremos una señora Escuela Oficial de Idiomas. Y a decir que queremos una exposición como la de Cuenca o Sigüenza y no un sucedáneo. Y que la barrabasada electoralista del Conservatorio de Música tenga enmienda y se pida, sin atacar, algo que es necesario y constructivo.

Pues eso pedimos, entre otras cosas, y en el primer día hábil más de lo mismo y a ver si llegamos a junio de 2019 sin más barullos plebeyos. ¡No puedooor!

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