Este martes el alcalde de Talavera ha anunciado que acudirá a la manifestación organizada por la Mesa por la Recuperación de Talavera, que tendrá lugar el próximo sábado 11 de noviembre.
Dice que lo hará como ciudadano de a pie cuando sabe que eso no es posible. Yo, como cualquiera de mis compañeros, en cuanto le localicemos le vamos a sacar en la foto y a darle en la noticia el protagonismo inherente a su cargo. Adornado, vale, pero se lo vamos a dar. Estamos para informar y mayor y más importante foco informativo ese día que un alcalde-ciudadano proteste contra su gestión y la de su partido no lo va haber ni aunque se empeñe Puigdemont.
Él es la máxima autoridad de la ciudad y la ciudad va a salir a la calle cansada de palabras y promesas de sus políticos para gritar basta ya de ostracismo, y de ese ostracismo, en democracia, de la única forma que se sale es con decisiones políticas y presupuestos.
Unos compromisos que su PP no ha logrado arrancar al gran PP en sus tres años al frente de la Alcaldía de Talavera -seis si sumamos el mandato del malogrado Gonzalo Lago- por mucho que él y su portavoz así lo manifiesten. A día de hoy sigue el esquilme del Tajo, no hay presupuesto para el desdoblamiento de la antigua N-V, no hay plataforma logística, no hay modernización de la línea férrea convencional, no ha empezado a urbanizarse suelo industrial -siento curiosidad (qué tonto) por saber cómo se van a pagar los 4 millones que supone llevar la luz a la segunda fase de Torrehierro- y sólo hay un estudio del AVE para un trazado que en Talavera nadie aprueba y que él y su partido aceptan y defienden en vez de dar un golpe en la mesa.
Tampoco deben acudir los representantes del PSOE en la ciudad. El 11-N reclama inversiones que dependen única y exclusivamente del gobierno regional y aunque muchas están comprometidas pasan los meses y no se concretan. A día de hoy no hay Hospital Universitario y sí muchas carencias asistenciales y agravios comparativos con otros centros, no hay campus universitario, conservatorio de música, CADIG, UME psiquiátrica o delegaciones de servicios públicos que acarrearían incrementar el funcionariado en la ciudad y lo que ello conllevaría.
Y tampoco la Agrupación Local de Ciudadanos que, aunque desconocidos para la mayoría de la ciudadanía, no debería participar al ser su partido matriz corresponsable de esa ausencia de partidas presupuestarias para esa anhelada discriminación positiva para con Talavera que pulula por las Cámaras en forma de PNL y Moción y que nadie sabe en qué cajón se han quedado. Además, C’s es copartícipe de la nueva ley del autónomo que ha apoyado eliminando varias de sus propias aportaciones-imposiciones y retrocediendo en algunos aspectos y, dado el alto número de trabajadores por cuenta propia que hay, en Talavera ha caído como un jarro de agua fría pese a las nuevas y pocas ventajas introducidas, que bienvenidas sean.
Todos ellos dispondrán el 11-N de un día de asueto -en política todo un lujo- y de diez para en sus conferencias de prensa alentar a la ciudadanía a salir a la calle y participar en esa manifestación en el que el protagonismo debe ser única y exclusivamente de los ciudadanos que ese día van a gritar lo mismo y para lo mismo, independientemente de sus ideologías.
Y creo que Ramos, si quiere ser partícipe de este tipo de actos, podría plantearse convocar una marcha a Madrid –digamos el 12 de diciembre- para protestar ante el Senado, el Congreso y/o el Ministerio de Fomento. Una marcha-manifestación que lógicamente debe encabezar él como máxima autoridad de la ciudad y que miles de talaveranos de toda clase, credo y condición secundarían con gusto. ¿Los autobuses?, pues, se me ocurre que sean con cargo a la Oficina de Captación Empresarial que ahora resulta que tiene el presupuesto casi intacto.
