La piloto del Aspar Team María Herrera se ha tenido que conformar con terminar la carrera y acumular experiencia y feeling con la Mahindra en un Gran Premio de Malasia que no pasará a la brillante historia de la oropesana.
María pretendía abandonar ese farolillo rojo de parrilla y era sabedora de que debía salir bien para alcanzar al grupo, en teoría, intermedio. “He salido más o menos bien”, sin embargo en la primera y decisiva curva “no he conseguido tomarla como yo quería” y ha perdido contacto con sus anhelados compañeros de viaje. Pese a marcar su mejor registro de todo el fin de semana en la segunda vuelta, a la de Oropesa le ha sido imposible recortar las distancias.
La nueva montura, a la que todavía no está acoplada y en un circuito ‘perro’ en el que es difícil tomar las referencias de frenada, han impedido a María remontar. A eso hay que añadir, como ha desvelado al final de la carreara, que el casco le apretaba en demasía y le ha minado la concentración.
Por lo menos ha tenido una carrera entretenida y disputada en un duelo cara a cara con el finlandés Patric Pulkkinen por eludir la última bandera a cuadros en Moto3 y que se ha resuelto a favor del piloto nórdico.
Pese al resultado María Herrera se va “contenta” y con muchas ganas de correr la última cita del mundial en casa, en el Ricardo Tormo de Valencia, el próximo 12 de noviembre.