sábado, 13 enero 2024
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Chirridos talaveranos

Últimamente me chirrían tantas cosas, asuntos, actitudes y hechos por esta Talavera perdida y abandona a su suerte en el valle del Tajo que he tenido que filtrar para no extenderme en demasía por este espacio, como acostumbro. Aunque me extenderé.

La noticia estrella ha sido la disolución del Grupo Municipal Ciudadanos que por una artimaña jurídica ha aguantado casi cinco meses como tal cuando su destino estaba cantado desde el mes de marzo. Salirse del juego político nunca no es de recibo y menos cuando se promulga que precisamente el objetivo es mejorar la política para beneficio de los talaveranos. Si un futbolista incumple el régimen jurídico del club y se le expulsa ya puede venir el Consejo General del Poder Judicial o el sursuncorda que verdes las han segado. Pero seguirán reclamando no sé qué derecho fundamental que se les ha perdido.

El movimiento se demuestra andando y, por ahí, las cuatro delegaciones asignadas a estos ya concejales tránsfugas son un dislate. Ejemplos como Talavera Ciudad Europea del Deporte, el Día Mundial de la Juventud, la problemática de los bomberos o la Oficina de Captación Empresarial son más que elocuentes. E independientemente de la mayor o menor capacidad o limitaciones presupuestarias las vergüenzas quedaron al descubierto en el Debate sobre el Estado del Municipio, que ahora dan en llamar de la Ciudad. Todos los grupos o concejales expusieron su hoja de ruta para 2018, todos salvo dos, que no la tienen y seguirán la de otros. De moción de censura a pleitesía; mira, es de buen nacido ser agradecido, que decía mi madre.

También me ha chirriado ver cómo se presentaba a bombo y platillo hace unos días una empresa que se implantaba en Talavera gracias al efecto llamada y a las exenciones fiscales para ricos propuesta desde el gobierno local. Hombre, seamos serios. Esta empresa lleva trabajando de forma activa, es decir, captando clientes desde 2016, dada de alta en el Borme (Boletín Oficial del Registro Mercantil) desde el 26 de enero de 2017 como “fecha de comienzo de operaciones” y ya con actividad pura y dura empresarial desde este verano. Es público y notorio, pero el otro día el dueño de una de las más importantes gestorías de Madrid me hablaba en Alcalá de Henares de las maravillas del complejo que había al lado de Talavera y que había conocido en una celebración. Doble publicidad gratuita de la que no hemos sido partícipes por aquello ya en desuso de investigar.

La reivindicación de equiparación salarial de la Policía Nacional y Guardia Civil también tiene su miga. No creo que haya alguien que esté en contra. Ni ciudadanos de a pie o en moto ni ertzaintzas ni mossos. Que vaya al Pleno de Talavera a través de una moción urgente (?) del PP no voy a decir que sea una vergüenza como la calificó la oposición durante el acalorado debate, y menos ahora que está de moda llevar a los parlamentos locales mociones nacionales para refrendar la adhesión a la causa, pero entiendo que eso podrá hacerse en los países nórdicos donde las ciudades están acabadas y no tienen otras cosas más importantes que atender. Pero el summun ha sido que un diario digital local abandere la causa y publique una noticia, y remarco lo de noticia, en primera persona mostrando su apoyo a esta loable reivindicación salarial cuando a sus tres últimos redactores aún les debe una importante cantidad de dinero por los servicios prestados. Cabe mayor hipocresía y desfachatez. Pues cabe, cabe.

Más reciente está el asunto del Servicio Urbano de Autobuses. Aquí no me chirría el actual, y remarco lo de actual, proceso de adjudicación ni si las valoraciones están bien o mal realizadas, me chirrían las palabras que pronunció la portavoz municipal ante toda la prensa local a una empresa que lleva desempeñando un servicio al Ayuntamiento desde hace 24 años y los últimos cuatro de forma prorrogada e invirtiendo en mejoras, y que gracias a ella, aunque no gratis, claro, se han podido suceder los desatinos de una licitación vital para la ciudadanía. Decir públicamente cosas como “los criterios de valoración no están como a ellos les hubiera gustado” o “casualmente (querían que se eliminasen del proceso) las que mejor puntuación obtuvieron” no parecen las frases más acertadas que dispensar a una entidad con tanto recorrido. Seguir imitando la altivez de su homólogo en el Congreso no creo que sea lo más conveniente, pero allá cada cual.

Y lo más sangrante de todo y más aún por haber pasado de soslayo, desapercibida, es la cifra de mujeres de Talavera y su comarca que este año, y no ha acabado, han necesitado recurrir al turno de oficio de violencia de género: 127. ¡Hala! Y para esto no hay declaraciones, reacciones, mociones, reivindicaciones o liberaciones. Será culpa del efecto llamada. Qué pena.

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