El Ayuntamiento de Talavera cuenta en su corporación con más concejales no adscritos que en toda su historia democrática. En otras legislaturas se han dado casos aislados: como cuando Pedro Sánchez rompió la disciplina de IU para votar la moción de censura contra Luis Antonio González Madrid; cuando Prados Gómez se marchó del grupo municipal del PP o que, por aquello del reglamento, algún que otro concejal de IU no fue considerado grupo político.
Ahora, en la plaza del Pan se sientan cuatro ediles con esta condición: dos de ellos que se desmembraron de Ganemos y los otros dos que comenzaron bajo la disciplina de Ciudadanos y tiene toda la pintan de que acabarán como del PP. Claro, que los dos primeros citados se marcharon por su voluntad y los otros han sido desplazados por medio una sentencia judicial.
Un acto que en nada beneficia al clima político de confrontación que se vive en la región, en la provincia y en los ayuntamientos más señeros. Nada puede ocultar que el alcalde talaverano, Jaime Alberto Ramos, realizó una buena operación para hacerse con el apoyo de los concejales Jonatan Bermejo y Montaña Palacios –el primero ya había militado en el PP y la segunda parece muy cercana a esta ideología- por lo que ambos, además de las prebendas conseguidas, se encuentran felices prestando su capital apoyo al Gobierno municipal.
Lo peor de todo es que tanto Bermejo como Montaña están siendo el centro de la comidilla política en la ciudad. Tránsfugas, peseteros y vendidos son los calificativos que cada día se pueden oír en mentideros, tertulias y artículos de opinión para referirse a ellos. Hasta Ganemos y PSOE han publicado que quieren llevar el asunto a los tribunales de justicia para evitar que ambos cobren sus liberaciones, algo que da la impresión que no es fácil evitar.
El caso se ha enquistado porque ambos intentaron permanecer en el grupo municipal de Cs cuando el partido ya no les quería y quizá –como atestiguan algunos de sus excompañeros de partido- no tuvieron la valentía de irse directamente al PP. Pero lo cierto y verdad es que estos dos ediles viven en clara sintonía con sus compañeros en el equipo de Gobierno.
Tras la sentencia judicial que decía que Bermejo y Palacios se quedaban sin grupo, Jaime Alberto Ramos, no lo ha pasado nada de bien. Él, que es un superviviente del difícil arte de la política, ha procurado echar balones fuera y hasta ha dejado esconder que los dos nuevos concejales no adscritos le benefician más para su objetivo político que el perjudican. Eso sí, se ha ganado el rapapolvo de una oposición que no ha dudado en calificarle -por esta y otras acciones- como monaguillo de Cospedal.
De hecho, la oposición continúa firme en su faceta de acoso y derribo a Ramos y sigue interponiendo mociones que molestan en demasía al alcalde. Así, en la sesión plenaria de este jueves, se debatirá una iniciativa que el Gobierno municipal dejó fuera por no considerarla importante y urgente, como dice el socialista José Gutiérrez.
Una moción, por cierto, como ha declarado Santiago García Aranda, portavoz socialista en la Diputación de Toledo, que –a su juicio- hizo que el pasado lunes los diputados populares abandonaran el pleno de la institución provincial. El portavoz de estos disputados no es otro que el alcalde de la Ciudad de la Cerámica.
La táctica del PP
La lucha verbal en Talavera, el abandono del PP en el pleno de la Diputación y las últimas evoluciones de los diputados regionales populares hacen ver que el acuerdo político entre los dos principales partidos está cada vez más lejos. Cospedal ha ideado una táctica que se puede volver en contra de su partido, que cada vez se muestra más radicalizado. Tal vez porque ahora en el seno del PP se dan cuenta que mejor hubiera sido ayudar al PSOE con su abstención para que los presupuestos fueran aprobados que haber propiciado un acuerdo entre socialistas y Podemos.
El ataque al PSOE por ser socios de Podemos no desgasta tanto al Gobierno regional como se preveía desde las filas populares. Tal vez esta debilidad se hace realidad en el PP con sus últimos números y hasta Vicente Tirado, del que se habla que puede ser el candidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha, se ha puesto en evidencia con su última actuación en las Cortes.
Esta política de confrontación también ha perjudicado en cierta forma a José Julián Gregorio, el también presidente provincial del PP. Por cierto, que el PP en la capital también se está dejando algunos pelos en la gatera porque, a toda costa, desea que Jesús Labrador sea el líder y candidato a la alcaldía de Toledo pese al rechazo de algunos militantes.
Sánchez y Page
Este fin de semana el PSOE celebra su Congreso Regional y aquí se proclamará a Emiliano García-Page como secretario general de los socialistas en Castilla-La Mancha. Un evento en el que Pedro Sánchez estará presente y que se desplazará hasta Castilla-La Mancha por primera vez desde que fuera elegido secretario general. Sánchez quiere respaldar a Page y demostrar que las diferencias entre ambos líderes están olvidadas. Una buena forma de comenzar la segunda andadura de Emiliano García-Page al frente del PSOE regional.
