“La filosofía antigua es la herencia intelectual de la que todavía hoy vive Occidente”… (Hirschberger)
… Y todo ello tiene el mismo efecto si de arte y la literatura hablamos. De tal suerte que cuando el ser occidental culturalmente hablando piensa en la guerra, inevitablemente lo hará en la Guerra de Troya, y no en otra cualesquiera que sea. Y esto nos lleva a Las Troyanas, de Eurípides, la obra que fue anoche interpretada en el Victoria de Talavera de la Reina por la compañía de la Escuela de Teatro y Cine Joaquín Benito de Lucas dentro del programa de la muestra local Los Viernes se Aficionan al Teatro.
La obra presentada es una adaptación de la tragedia de Eurípides en la que tras la guerra, un grupo de mujeres aguarda su destino: ser embarcadas como botín de guerra y llevadas al la Grecia continental.
En escena una quincena entre actores y actrices, dirigidos por Sergio Sanguino, con adaptación libre y cinematográfica de Martirio San Gines.
La novedad fue la visión ofrecida al espectador de una cámara proyectando sobre un lienzo las partes internas del escenario aquellas escenas o momentos que no pueden ser apreciadas por la diferente posición del actor respecto a los espectadores. El efecto producido es similar a estar en el escenario, entre los actores, lo cual da mayor dramatismo y realidad a la obra.
En cuanto a la interpretación pudo observarse un deficiente nivel declamatorio de los actores, especialmente los masculinos. Mejor el cuerpo femenino aunque en determinadas escenas se abusó del griterío, necesario para subrayar el dramatismo del momento y el trágico destino de los personajes, pero excesivo a veces. Todo ello dejó al descubierto una obra bien concebida, con una buena puesta en escena, pero desequilibrada en cuanto a lo que es la interpretación. Aun así resultó una obra meritoria, a la que el público, que llenaba la sala, respondió con sus aplausos.