Como me imagino que los lectores que se arrimen a esta recién creada publicación pueden estar hartos de tanta política, hoy, en esta mal llamada jornada de reflexión, voy a dedicarme a escribir sobre algo que gusta a muy pocos toledanos y que acontece en lo que ellos llaman el casco histórico y que los talaveranos, con cierta sorna, denominan casco antiguo.
Se trata del bolseo para la recogida de basuras. A Emiliano García-Page, en sus tiempos de primer edil de la Ciudad Imperial, le preocupó el asunto e intentó encontrar la solución; pero me da que esta solución es difícil de cristalizar. A Page le ha sustituido en el cargo Milagros Tolón y ya hemos visto que se afana en mejorar este tipo de recogida, porque es muy desagradable que por la zona histórica la basura reine a cualquier hora.
Toda la belleza que el casco histórico tiene para el visitante se transforma en complicación orográfica para los residentes. Estudios realizados sostienen que el casco histórico más grande del mundo es el de Roma –que, por cierto, está muy sucio- y, después, el de Toledo. Evidentemente, no es agradable para la vista poner contenedores al lado de edificios considerados auténticas joyas históricas, ni tampoco higiénico, pero desde la alcaldía se están estudiando mejoras. Ahora que Toledo será Capitalidad Gastronómica hay que mejorar su aspecto… pero el bolseo perecerá como en cualquier casco antiguo por mucho histórico que sea.
